En los tiempos de Renée Richards
- alvarot300
- 11 jul 2019
- 2 Min. de lectura
En la época de los 70´s, el tenis se ve envuelto en polémica por la aparición de la primera tenista transexual Renée Richards.

En 1976, la tenista Renée Richards enfrentó a los tabúes del deporte y ganó. Richards, que había competido como hombre cuando se llamaba Richard Raskin, se sometió a una operación de cambio de sexo para que su cuerpo dejara de contradecir su sentimiento de que era mujer y quiso competir contra mujeres. Necesitó que un tribunal de Nueva York le diera la razón para disputar en 1977 el Open de Estados Unidos que le había negado su participación un año antes. En dicho certamen alcanzaría, en 1979, la final en dobles mixtos.
Cuarenta años más tarde, las pruebas de determinación de sexo por cromosomas ya forman parte del pasado del deporte. Para el Comité Olímpico Internacional (COI) el género, la diferencia entre competiciones masculinas y femeninas, no depende ya de los atributos sexuales y de que las 23 parejas de cromosomas sean todas X o XY, sino de la testosterona: las mujeres no producen tanta como los hombres y por lo tanto son más pequeñas, tienen menos músculo, menos capacidad torácica, menos fuerza, velocidad y resistencia.
Por eso, cuando el organismo olímpico ha recomendado a todas las federaciones que admitan a deportistas transexuales sin exigirles, como hasta ahora, que se operen para extirpar los órganos que definen su sexualidad (testículos, gónadas, ovarios, útero, senos), la única condición que ha impuesto es que se compruebe que los que antes eran considerados hombres y quieran competir con mujeres tengan un nivel de testosterona inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre. Para ello, deben someterse a tratamientos con estrógenos que frenen la producción de testosterona, la hormona de la masculinidad, situación por la que pasa la campeona olímpica de atletismo Caster Semenya. En saque y revés te complementamos con un video e historieta.
Kommentare